En cuanto a contenidos originales y series única no hay discusión: Netflix tiene la delantera. Solamente a inicios de este año, según datos de ComicBook, la inversión en cuanto a producciones originales creció 25%. Esto significa un total de 3 mil millones de dólares.
Con esa cantidad la meta de la empresa apunta a conservar el número de suscriptores, pero sobre todo de ingresos. Y es que de acuerdo con información de su último reporte fiscal estos números le favorecieron.
En un solo trimestre la firma logró acumular la cantidad de 9.6 millones suscriptores, de los cuales 7.9 millones provenían de mercados internacionales. Todo esto da un sumatorio total de 148.86 millones de miembros en todo el mundo.
Gracias a ello la compañía consiguió ingresos superiores a 4 mil 521 millones de dólares. En comparación con el año pasado ello significó un 22.2% más que en ese mismo periodo.
Todas las estadísticas se refieren a un crecimiento indiscutible de Netflix, cuyo proceso evolutivo se ha destacado por un fenómeno bien peculiar. Y es que dejando a un lado algunas series como Stranger Things y Orange is the New Black, casi el resto de sus títulos -que además han conseguido gran popularidad entre el público- no tienen terceras temporadas. Decisión que, incluso, se ha mantenido a pesar de las peticiones de los propios suscriptores que han insistido en que se produzcan nuevos capítulos dado los altos índices de aceptación. Algunos de los casos más emblemáticos han sido Sense8 o Santa Clarita Diet.
La respuesta sobre el porqué de esta decisión parece tener una explicación en los costos de producción, lo que simultáneamente pasa a ser una excelente estrategia de mercadotecnia.
“La serie resulta demasiado cara”, ese fue el resultado del análisis efectuado por Elena Neira, quien escribió ‘La otra pantalla’ y precisó que la afamada firma de series prefiere aquellas que lleguen máximo a tres temporadas con un total de 30 capítulos.
Al parecer la explicación está relacionada con la forma en que la firma elabora los acuerdos de producción. Y es que el modelo que usan se basa en la incorporación de un coste adicional con el que se puede desde adelantar los gastos de producción hasta incorporar bonos y aumentos a todo el equipo artístico temporada tras temporada siempre que la estimación sea que el programa se haga más grande.
Eso de limitar a una tercera temporada es sin duda la mejor estrategia de mercadotecnia para que la molestia de los usuarios por querer más de una serie que les haya gustado se traduzca en una gran campaña para conseguir nuevos suscriptores.
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