El potencial de la inteligencia artificial en el sector de la salud ha sido difundido ampliamente. A pesar de esto, los avances han sido lentos. Google es una de las compañías más posicionada en este terreno y, uno de sus últimos descubrimientos podría implicar un antes y un después en la predicción del desarrollo de enfermedades.
La tecnológica realizó un experimento en el cual comparaba el uso de un escáner de radiología y la inteligencia artificial a la hora de calcular las posibilidades de fallecimiento de una paciente con un cáncer de mama en etapa tardía.
El escáner determinó una probabilidad del 9,3%, el sistema de Google de una probabilidad más alta hasta el 19,9%. La mujer falleció en cuestión de días.
Lo impresionante del sistema es su capacidad para insertar y analizar información antes inalcanzable como notas en PDFs o antiguas estadísticas y unirlas con nuevos grupos de datos de una forma más precisa y rápida que algunas de las técnicas existentes y demostrando, incluso, qué datos determinados llevan a las conclusiones mostradas.
En Google van mucho más allá
Esta herramienta sería un gran avance para médicos y hospitales para quienes supondría un considerable ahorro de tiempo que podrían dedicar al cuidado de los pacientes. Pero las determinaciones de Google van mucho más allá.
El próximo nivel para la compañía es enlazar este sistema en el día a día de los hospitales para predecir síntomas y enfermedades.
A pesar de esto, los intentos de Google por entrar en un rentable mercado, el de la salud, no convence a todos. El monopolio de esta y otras compañías digitales sobre los datos ha hecho activar las alarmas en el sector y son muchos los que piden ya a las autoridades regulaciones para impedir que estos datos sean solo de algunas compañías.
A esto se suma la alarma por la privacidad de una información tan delicada, suponiendo una barrera para la tecnológica a pesar de su garantía sobre el anonimato y el uso adecuado de los datos médicos.