Una de las armas que las marcas y las empresas busca aprovechar en la actualidad son las opiniones y comentarios de los propios consumidores. A los consumidores les gusta hablar de lo que compran, o eso dan por hecho las empresas, e intentan potenciar ese tipo de conversaciones. Este interés por hacer que los compradores hablen de los productos está muy vinculado a lo que los propios consumidores esperan.
Los consumidores que se sienten limitados en términos de dinero, aquellos que tienen un presupuesto ajustado, no quieren hablar de sus compras y de sus pautas de consumo, ya sea con sus amigos y sus familiares o con desconocidos. No quieren hacerlo además en ningún escenario posible, ni online ni en persona.
Sentimientos en la compras
A ciertos tipos de consumidores y en ciertas ocasiones y estados de ánimo, lo que menos se quiere hacer es hablar de lo consumido y, de hecho, lo comprado se puede asociar a sentimientos negativos y a una percepción no muy positiva de las cosas. Hablar de lo comprado no hará más que reforzar esa percepción y esas sensaciones.
Es por ello que se implementan estrategias de boca a boca en el mundo de las redes sociales. Los consumidores se pueden sentir menos tentados a hablar de las cosas que consumen y las marcas pueden acabar pagando las consecuencias.
Sin embargo, según expertos, hay buenas noticias para las marcas y las empresas. Estas pueden salvar la situación y evitar estos problemas si se centran no tanto en el coste del producto como en la experiencia asociada al mismo. Si logran separar a uno de otro, es probable que logren evitar estas barreras psicológicas.