Ya se lo había pedido con anterioridad a la compañía de Mark Zuckerberg, pero esta hizo caso omiso. Por eso es que el Parlamento británico termina usando sus poderes legales de forma extraordinaria en contra de la red social, a la que le han confiscado una gran cantidad de documentos internos tras un intento de pedirle a Facebook que rindiera cuentas sobre su desidia mostrada tanto en el uso de datos como en las fallas en cuanto a la privacidad de los usuarios.
Se trata de papeles que de acuerdo a algunos medios locales están cargados con «importantes revelaciones» en torno a las decisiones que Facebook ha tomado y que se han visto contenidas entre una serie de correos electrónicos que han intercambiado confidencialmente algunos ejecutivos y Zuckerberg y que fueron los que originaron el conocido como escándalo de Cambridge Analytica, que ha sido acusada de compilar mediante una aplicación los datos de un total de 87 millones de usuarios.
Fue Damian Collins, presidente del Comité de Cultura, Medios y Deportes, quien tuvo la responsabilidad de obligar a una empresa de software estadounidense, llamada Six4Tree y que está asociada a Facebook, a entregar los documentos.
El propio Collins, que está al frente de una investigación sobre noticias falsas, ha declarado sentirse en un territorio que calificó de desconocido. Refiere que está al frente de una situación sin precedentes que le ha obligado a actuar sin precedentes, dada la falta de respuestas de Facebook, a pesar de tratarse de informaciones “de muy alto interés público”.
Cabe destacar que a partir de marzo Facebook perdió más de 100.000 millones en capitalización bursátil, luego que se conoció el escándalo de Cambridge Analytica. Lo peor de todo es que la multinacional está a punto de hacer frente a otra crisis de confianza porque se cree que estos documentos revelarán la forma cómo se tomaron las decisiones en cuanto a los datos de los usuarios en los años previos a la violación de datos.
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