El diseño está caracterizado por ser un oficio arduo, que requiere de mucho tiempo, además de inversión.
La palabra diseño puede llevarte a pensar en tecnología, ropa, interiores de casas, entre otros. Puede ser cualquier, pues, a todas estas lo que se busca es que se cumpla con la estética necesaria y quede bien resaltado el estilo de la marca.
En cuanto a la tecnología, un diseñador debe saber aplicar la cantidad correcta de colores, el estilo adecuado de la tipografía y la información e imágenes acertadas. Son esta sucesión de cosas las que irán creando un buen diseño.
En este punto tener un patrón o una idea de lo que se quiere hacer ayuda bastante, pues, resultará más sencillo seguir el diseño con una especie de guía.
Es importante también que cada elemento agregado tenga un significado y le agregue valor al diseño, ya que se busca que el mismo hable por sí solo.
A propósito de lo costoso que resulta contratar los servicios de un diseñador, y más si estas iniciando en el mundo digital, te daremos cuatro consejos para pensar como uno, según Emily Campbell.
- Simplificar y multiplicar
La simplicidad de las cosas termina por embellecer el diseño, por lo que debemos explorar muy bien hasta encontrar la forma adecuada y tras lo simple generar lo multiplicador, pues se debe imaginar la forma como la primera de una especie de series para así ir determinando las reglas del resto.
- Mirar más de una vez
Muchas veces el volver a mirar o ver de una manera más profunda puede ser la clave para despertar la creatividad y encontrar una idea más clara. Echar por segunda vez un vistazo a lo que se quiere puede despertar otras maneras de apreciarlo y entenderlo, lo que puede resultar en un diseño más preciso a la hora de ejecutarlo.
- Unión
Diseñar dos productos sin que tengan relación pero que a la hora de mezclarlos tengan sentido puede ser otra forma de conseguir lo que buscas. Los detalles lo son todo y, muchas veces, son las pequeñas cosas las que pueden darle sentido a tu diseño.
- Cinco elementos, distintos enfoques
Otro ejercicio que puede funcionar es probar con distintos enfoques. Por ejemplo, cuatro cuadros y cinco elementos. Cada uno de los cuadros puede contener los cinco elementos pero representados de maneras distintas.
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