“En Unilever, creemos que los influencers son una manera importante de alcanzar a nuestros consumidores y hacer crecer a nuestras marcas. Este poder proviene de una conexión profunda, auténtica y directa con la gente, pero ciertas prácticas, como la compra de seguidores, pueden minar fácilmente estas relaciones“
Keith Weed, ha hecho un llamado a plataformas como Instagram, para iniciar acciones urgentemente para volver a construir la confianza, antes de que se pierda para siempre.
Malas prácticas en las plataformas digitales
Unilever promete no trabajar con influencers que compren seguidores, indica que sus propias marcas nunca comprarán seguidores y que darán prioridad a los socios que incrementen la transparencia y trabajen para eliminar las malas prácticas en las plataformas digitales.
Según TheDrum.com, no se puede medir con exactitud la cantidad que gasta Unilever en este tipo de marketing (dentro de los 7.000 millones de gasto global). Pero, en los últimos años, los youtubers, vloggers y otras estrellas de las redes sociales han impulsado enormemente marcas como Dove Men, Dollar Shave Club, Stork, Magnum o Simple.
Replantear relaciones
Rakuten Marketing ha señalado que los marketeros pagarían más de 75.000 libras por un post mencionando su marca por un influencers que supera el millón de seguidores, mientras que pagarían al micro-influencers (con menos de 10.000 seguidores) una media de 1.500 libras por lo mismo. Sin embargo se estima que un 15% de los usuarios de Twitter son falsos y que alrededor de 60 millones de cuentas de Facebook podrían estar automatizadas o controladas por bots, según estudio llevado a cabo por ellos.
Es el caso de Magnum (Unilever) o Pampers (P&G), se localizan en el top 10 de marcas que dan uso a influencers que poseen seguidores bots o falsos.
Esta acción tomada por Unilever sigue el camino creado por la compañía en los últimos meses, desde que optaron por recortar los costes y replantear sus relaciones con las agencias de publicidad.